REFUERZO y EXTINCIÓN



Refuerzo

Cualquier estímulo que aumente la probabilidad de una respuesta. No está especificado el tiempo que tiene que tardar el reforzador en seguir a la respuesta con el fin de aumentar su probabilidad de ocurrencia; sin embargo, normalmente se supone que la efectividad de un reforzador decae rápidamente conforme aumenta el tiempo que transcurre entre la respuesta y el reforzador.


a) Reforzador positivo: es cualquier estímulo cuya presentación después de una respuesta aumenta la probabilidad de esa respuesta. Por ejemplo el halago verbal o la entrega de algún premio físico (juguete, caramelos, fichas intercambiables por regalos, etc.) son reforzadores positivos ya que aumentarán la probabilidad de aparición de las conductas deseadas (hacer los deberes o portarse bien, por ejemplo). A veces el reforzador positivo puede ser, en niños pequeños, el conseguir la atención del adulto, aunque sea de una forma inadecuada (gritos, pataletas o lloros).



b) Reforzador negativo: es cualquier estímulo cuya eliminación después de una respuesta aumenta la probabilidad de esa respuesta. Normalmente se trata de un estímulo aversivo o no deseado que no se presenta si se produce la respuesta adecuada. Una respuesta que ha sido reforzada por un reforzador negativo se denomina a menudo respuesta de escape, porque proporciona un escape al reforzador negativo. Por ejemplo, podemos escapar de los sonidos molestos de un equipo de música muy ruidoso desconectándolo, o un niño puede evitar un castigo más severo por algo que ha hecho mal, si lo explica a sus padres sin mentir y mostrando arrepentimiento.


Extinción


Se trata del método operante más utilizado para disminuir la conducta. 

Consiste en disminuir la probabilidad de una respuesta reforzada dejándola de reforzar. En primer lugar se debe determinar qué es lo que está reforzando la conducta objetivo (la que se quiere eliminar, rabietas, desobediencia, etc.) y seguidamente eliminar ese reforzamiento. Si se deja de prestar atención (refuerzo) a una conducta disruptiva (rabietas, llantos) es probable que se disminuya la frecuencia e intensidad de la misma ("tiempo fuera"). En muchas ocasiones se presentan conductas realmente extrañas que se mantienen debido a que consiguen captar la atención de los demás y resultan extraordinariamente reforzantes para el individuo que las realiza. Esto puede ser especialmente notorio en niños que presentan discapacidades cognitivas de lenguaje o comunicación que les lleva a desarrollar sistemas inadecuados y alternativos de interacción con los demás que se ven reforzados por la atención que se les presta.

En ocasiones están implicados otros reforzadores distintos a la atención o bien añadidos a ella, como cuando se refuerzan las pataletas de un niño cediendo a sus peticiones de caramelos, helados, juguetes, etc. Es importante reconocer que la conducta no deseable puede ser muy penetrante y persistente, incluso aunque el reforzamiento que la mantiene pueda ocurrir de forma tan infrecuente que sea difícil descubrirlo. 

El programa de reforzamiento puede haber proporcionado originalmente un reforzamiento frecuente y luego haberse reducido gradualmente.

Además de reducir la conducta, la extinción tiene varios efectos importantes que hay que tener en cuenta:
  • La conducta que está sometida a extinción puede aumentar en intensidad, frecuencia y duración al principio del proceso (justo cuando procedemos a la retirada del reforzador) y antes de empezar a disminuir. De esta forma las pataletas pueden hacerse más violentas, frecuentes y duraderas el inicio de la extinción.
  • La extinción puede producir temporalmente conducta emocional como conductas agresivas o destructivas.
  • La conducta que se ha extinguido y ya no es reforzada, puede ocasionalmente volver a ocurrir. Es lo que se conoce con el nombre de "Recuperación espontánea".

Tiempo fuera de reforzamiento positivo (Time Out), es una técnica psicológica de modificación del comportamiento, que busca eliminar conductas indeseables; es ampliamente utilizada para modificar el comportamiento en niños, no obstante, se aplica en personas de cualquier edad. Se ha mostrado útil como alternativa al castigo físico, regaños, y cuando técnicas como la extinción no han resultado satisfactorias.

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