REFUERZO POSITIVO


Un refuerzo positivo, es aquel que favorece la reiteración de la conducta a partir de la concesión de un premio o de algún tipo de gratificación.
 

Fue definido por primera vez por Skinner y luego tuvo eco en muchas otras publicaciones. La famosa entrenadora de perros Karen Pryor define el refuerzo positivo como “cualquier cosa que, en conjunción con una acción, tiende a incremente la probabilidad de que la acción ocurra nuevamente.” De manera más usual se puede decir que el refuerzo positivo es un método de entrenamiento basado en premios.

Skinner llama conductas operantes a aquellas que pueden ser controladas mediante la alteración de sus consecuencias; así, el sujeto realiza una conducta operante cuando ésta produce unas consecuencias en el medio, que a su vez pueden controlar dicha conducta. Pero además, para que podamos cambiar la conducta mediante la alteración de sus consecuencias, éstas deben ser contingentes a la conducta. Es decir, las consecuencias deben producirse justo después de la aparición de la conducta.

Los procedimientos en los que se basan las técnicas de modificación de conducta del condicionamiento operante son el reforzamiento, el castigo, la extinción y el control de estímulos.

Reforzamiento Positivo.

El reforzamiento positivo es un procedimiento mediante el cual se le presenta al sujeto un estímulo que le gusta o le interesa inmediatamente después de la realización de la conducta (presentación contingente). Con esto se consigue aumentar la probabilidad de que la conducta vuelva a ocurrir. El estímulo o situación apetitiva que se pone en juego en este proceso se conoce como reforzador positivo (Méndez y otros, 2001). Cuando se descubre un reforzador positivo para un individuo (por ejemplo, un caramelo para un niño), podemos utilizarlo en otras situaciones. A pesar de ello, no deberíamos abusar de un solo reforzador positivo ya que podríamos caer en la saciedad.

Tal como refleja Méndez y otros (2001), diversos autores han puesto de manifiesto el procedimiento básico que debe seguirse para aplicar el reforzamiento positivo:

1.- Especificar de forma concisa la conducta a modificar.
2.- Identificar y seleccionar los reforzadores eficaces (que dependen de cada individuo).
3.- Administrar de forma inmediata los reforzadores.
4.- Aplicar los reforzadores contingentemente.
5.- Evitar la saciedad empleando diversos reforzadores que el sujeto no tenga.
6.- Aproximar la cantidad adecuada de reforzador.
7.- Ajustarse al programa de reforzamiento fijado (puede ser reforzamiento continuo o reforzamiento intermitente).
8.- Planificar la transición de un tipo de programa a otro (por ejemplo, de un programa de reforzamiento continuo a uno de reforzamiento intermitente) con el fin de generalizar los efectos.


Podemos decir que es una técnica en la cual un comportamiento aumenta su probabilidad de ocurrencia a raíz de un suceso que le sigue y que es valorado positivamente por la persona. Muchas conductas se mantienen porque conducen a resultados positivos. Por ejemplo, una persona continúa trabajando en una empresa, pues cobra un salario. El sueldo que cobra el trabajador es lo que REFUERZA la conducta de trabajar.

Los refuerzos positivos, buscan que la persona que recibe el refuerzo reitere o mantenga su conducta a través de entregarle algo que le genere placer o bienestar. Tomemos el caso de un niño que debe visitar una vez por semana al médico para recibir un cierto tratamiento. Su madre, ante la falta de voluntad del pequeño, decide regalarle un videojuego cada vez que visita al médico y cumple con todas las indicaciones. El videojuego, de este modo, funciona como un refuerzo positivo.

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